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Querido lector,
En este blog pretendo publicar diferentes escritos de interés general, curioso y variado, dirigido sobretodo a gente joven. Te animo a que los leas y disfrutes con ellos, puedes descubrir algo que te interese de verdad...

miércoles, 9 de mayo de 2012

Memoria infantil

        ...Tenía yo por aquel entonces poco más de dos años y medio, y me acuerdo con absoluta claridad de ir por el pasillo y entrar en la clase de la mano de mis padres. Ellos se pusieron a hablar con la profesora y me sentaron al lado de un niño que hoy en día sigue siendo mi amigo y está en mi curso, Álvaro Gracia. Poco más tarde llegó otro niño, (un poco feo todo hay que decirlo) se trataba de guitard, que de pequeños siempre fuimos grandes amigos y ahora está en mi clase.

Es que hay ciertas cosas que no se olvidan: como aprender a hacer el 8, la primera vacuna, el día que te revelan el secreto de los reyes (sí, son los padres), el primer día en el colegio, la imposibilidad de cortar bien con las tijeras por ser zurdo...

De todas maneras a mi me parece increíble, que pueda recordar estas cosas y sin embargo muchas veces no pueda recordar que serie de televisión estaba viendo hace cinco segundos. Por ejemplo me acuerdo perfectamente de los macarrones de la guardería (olor, sabor, textura...), pero sinceramente no me acuerdo que comí ayer. En otras ocasiones me pasa que algún domingo me paso pensando media hora intentando recordar que hice el viernes etc etc...

Estuve pensando para poder dar una explicación lógica a este suceso. Se me ocurrió que podría ser por tanta tecnología que nos tiene abstraídos en más de un momento del día... 
¿?

...Pero llegué a otra conclusión diferente:

Yo sostengo que cuanto más mayor eres más responsabilidades tienes, y estás más ocupado. Esto hace que prestes menos atención (o que directamente no la prestes) a cosas que no tienen tanta importancia en comparación a las responsabilidades que vas adquiriendo.
Me explico: de pequeño tus preocupaciones son aprender a hacer el 8, hacer la colección de cromos y el alumno preocupado también tiene en la cabeza las tablas de multiplicar. Sin embargo, de mayor se te llena la cabeza de cosas y sería imposible tener el grado de atención que tienen los niños para ciertas cosas.

Quizás por eso los niños de pequeños son como esponjas porque solo se tienen que dedicar a observar.
Quizás por eso los niños no puedan estar enfadados con un amigo más de cinco minutos, porque no pueden cargar con esa responsabilidad.
Quizás por eso el tiempo pase cada vez más deprisa, porque tenemos menos "tiempo" para parar a fijarnos.
Quizás por eso los niños son inocentemente sinceros, porque solo observan y cuentan.

Así que, aunque parezca increíble, ¡lo que daría yo por una memoria infantil!

Jorge F.

miércoles, 2 de mayo de 2012

Seguro que sí soy...

¿Somos de verdad honrados? Yo siempre he sido de las personas que saltaría automáticamente con un flamante y contundente SÍ.

En cierto modo yo creo que poca gente es realmente capaz de timar, o de realizar una estafa a gran escala. Por muchas noticias que se oigan hoy en día, hay que tener en cuenta que somos unos 7 mil millones de personas en el mundo, así que no sería extraño que nos enterásemos a través de la tele de más de una estafa diaria. 

De todas formas, la mayoría aun siendo incapaz de planear una estafa, si se topa de repente con algo que le beneficia, lo acepta (aunque no sea del todo lícito).

Para que se entienda mejor, pongamos un ejemplo:

Un chaval que tiene que hacer una serie de entradas en un blog para aumentar su nota, se encuentra con que su profesor le pide que haga unos cambios para poder publicar una de esas entradas. El alumno hace estos cambios y el profesor se la publica bajo el título de "¿Por qué hay anuncios tan buenos?". De todas maneras le sugiere que cambie el título. El alumno unos días más tarde decide pensar en el nuevo título y realiza los cambios. Acto seguido se lo comunica al profesor con un mail. Para sorpresa del alumno la entrada aparece publicada de nuevo como otra diferente, bajo el título de "La casa de ensueño".

El alumno tiene el siguiente dilema, podría no decir nada y obtener el doble de beneficio por el mismo trabajo sin que nadie se entere (no ser honrado). O podría comunicárselo al profesor y tener que trabajar más.

Yo vuelvo a lanzar mi pregunta: ¿somos de verdad honrados?.

Mi reflexión es: La inmensa mayoría se cree honrada porque no se imagina cometiendo grandes estafas, pero no se da cuenta de que muchas veces no lo es en lo cotidiano.

Jorge F.

Inválido

En el comienzo de este curso estuve inválido por mononucleosis, una enfermedad que me produjo un enorme cansancio y malestar general. Como consecuencia estuve dos semanas completamente inválido más otro mes de recuperación física.

Esta enfermedad me hizo pensar también en el comienzo del curso anterior, cuando tuve que ser operado por apendicitis. Me supuso casi una semana sin ir a clase más un mes y medio o dos de recuperación física. En este caso yo creo que fue más breve el periodo de enfermedad, pero mucho mas arduo y costoso el de recuperación. Esto se debió a que tuve inutilizados los músculos del vientre durante un buen tiempo, lo que supone que puedes andar despacio y poco más. ¡Necesitas ayuda para todo! (El sueño de cualquier vago).

A priori uno puede pensar que vaya una mala suerte que tengo, pero yo no lo veo así. Es verdad que no estoy rezando para ver si me brota otro apéndice y se me inflama, o para coger la mononucleosis versión 2.0, pero sin embargo reconozco que de las veces que más he disfrutado cumpliendo con la rutina fue a la vuelta de mis enfermedades.

A lo que quiero llegar es que muchas veces sufrimos con la vida rutinaria que llevamos y no paramos de quejarnos, pero quizás y solo quizás, necesitemos esta odiosa rutina para ser felices.

Jorge F.

martes, 1 de mayo de 2012

¿Quién no ha jugado a...?

Estábamos estudiando matemáticas, cuando un amigo nos enseñó un manuscrito de hace tropecientos años, en el que se veía a un soldado chino, una tortuga monstruosa enorme y un dragón raro. Curiosamente tenían un enorme parecido con Mario, Bowser y Yoshi. De ahí llegamos a la pregunta de ¿Quién no ha jugado a Súper Mario Bross? Y es que es verdad, hay ciertos juegos y programas de televisión que todos hemos probado en nuestra infancia. Por ejemplo, Pokemon, los Teletubbies, Oliver y Benji...

A veces nos quejamos mucho de esos programas estúpidos que tienen a los niños pequeños enganchados, pero hay ciertos clásicos que todo niño debería conocer para tener infancia.

Jorge F.